Si hubiera sabido…
Santos Rejas Rodríguez
‘Ah, si de joven
ya hubiera sabido que iba a envejecer y que me iba a morir, creo que hubiera
vivido de otra manera’, escribió Rosa Montero hace unos días en un su Aviso
a navegantes
‘Si alguien me
hubiera anticipado que mi padre aún continuaría viviendo bien cumplidos los
noventa años, yo, hoy, sería otra persona. Y, con certeza, no estaría escribiendo
este diario, mi pobre diario’, tengo yo escrito en uno de mis Cuentos
como besos
Y me puse a
repensar uno y otro escrito por allá adentro, por lo hondo. ¿Qué nos ha hecho
ser como somos? ¿Cómo hemos ido esculpiendo nuestra vida? ¿A qué golpe de qué
cincel?
Rosa Montero si,
desde los primeros andares de su arranque del vivir, hubiera sabido sobre la
vida y la muerte, la propia, ¿Ahora sería otra rosa? ¿Más florecida o marchita?
¿De tonalidad roja, carmesí o desvaída? ¿Inaprensible en lo del querer? ¿Menos
persuasiva en el amor?... Ya ella cubre la apuesta del vivir alternativo con un
‘creo…’
Mis
inseguridades, miedos al abandono o a la falta de protección ¿hubieran sido huéspedes
de un día en lugar de habitantes de quieto si hubiera sabido…?
Si yo hubiera
sabido cuando la conocí que no iba a ser capaz de amarla -pese a teñirse de
pelirroja-como ella deseaba ¿hubiera dejado el recorrer juntos un trecho del
camino? Si alguien me hubiera anticipado que el amor que puse no sería
correspondido con la misma intensidad ¿no hubiera amado y ahora carecería mi
alma del poso del recuerdo?
No es que piense
y crea, a pies juntillas, que lo escrito -hasta ahora- ya estaba escrito, pero
sí que somos tan previsibles que si volviéramos a iniciar el camino de los
amores eternos, infidelidades, afectos, huidas, dolores de alma, pasiones,
brillar de ojos, reconciliaciones, lágrimas contenidas y de las otras, pérdidas
irreparables, soledades…recorreríamos una senda tan semejante que para el
observador ajeno le sería indistinguible de la primera, de tan igual, creo…
¡Qué rosales
haces brotar, Rosa! ¡Ay!
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