miércoles, 24 de agosto de 2011

LA SEXALESCENCIA


LA SEXALESCENCIA


Si miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años. LA SEXALESCENCIA. Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra "sexagenario", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales el hecho de envejecer. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura rioplatense le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas de J.C. Onetti o Roberto Arlt, esta gente buscó y encontró hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganó la vida con eso. Supuestamente debe de ser por esto que se sienten plenos… algunos ni sueñan con jubilarse.

Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro en uno y en la otra. Disfrutan estando al "pedismo", porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias , desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del departamento.
Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres sólo podían obedecer y de ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado con ocupar. Esta mujer sexalescente pudo sobrevir a la borrachera de poder que le dio el feminismo de los 60′, en aquellos momentos de su juventud en los que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad. Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, otras eligieron tener hijos, otras eligieron no tenerlos, fueron periodistas, atletas o crearon su propio "YO, S.A.". Pero cada una hizo su voluntad.Reconozcamos que no fue un asunto fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.
Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "sesenta o setenta"", hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias. Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, NO se conforman y procuran de YA cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. Tienen màs conciencia de disfrutar plenamente todo . A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.
La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo…
Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60's o 70's, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 60's y 70's de hoy, celebra el sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo… Quizás, por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.

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°La esperanza es el sueño de los que están despiertos°

martes, 23 de agosto de 2011

LIQUIDEZ Y CALORES DE VERANO…O VICEVERSA

Liquidez y calores de verano...o viceversa

Con la mirada perdida en ese mar que une a moros y cristianos a través de las pateras andaba yo, cuando mi acompañante de la tumbona de al lado soltó esa frase que cala hasta los hondones: - ¿en qué piensas? Es cierto que tuve la respuesta refleja en el punto de salida, la también sagaz: ‘- En nada’, pero bien fuera por no quebrar su autoestima o por hacer méritos para después de comer, pensé que lo más adecuado sería contestar a la aguda pregunta con algún tema enjundioso como las elecciones que vienen llena de buenas intenciones para todo y todos, las ayudas que se envían incesantemente al cuerno –excepto al de África, claro-, el triste lamento de las farmacias en los tiempos de vacas flacas o, lo que es más atractivo: la rebelión de los chatarreros…pero sea porque me entretuve demasiado en contestar o quizás por un carraspeo inoportuno y pertinaz que se me puso en la garganta, me espetó: ¡si no quieres no me lo digas! con un tono que no auguraba nada prometedor en el futuro próximo. – ’En la liquidez’, contesté de inmediato y dando la cara, o sea girándome hacia ella para demostrarle con mi sincera mirada que era verdad lo dicho…y se lo expliqué a mi inquisidora haciendo referencia a una entrevista que había concedido don Mario Conde el día anterior, y que a la pregunta del periodista. ‘Si usted fuera yo, ¿qué haría con mi dinero?’, respondió: ‘Guardarlo. Es el momento de saberlo guardar bien. Porque va a haber una crisis de liquidez.’. Y pasamos los cinco minutos restantes hasta la hora de la tapita comentando tan espinoso y apasionante tema.
Pero he de confesar públicamente que mi respuesta fue una verdad a medias. Es cierto que mi mente andaba por el tema de la entrevista y en concreto por la pregunta y respuesta transcrita pero centrada en uno de sus puntos, el que dice: ‘saberlo guardar bien’, porque nada más leer el consejo mi decisión fue la de ir a mi banco, sacar los dos mil euros y guardarlos…y aquí me paralicé ¿Dónde? No tengo caja fuerte, ni armarios con doble fondo…en los botes de cocina es donde primero miran los malos que entran en las casas, en los colchones ya no es posible, en un libro puede quemarse en caso de incendio, en otro lugar muy oculto puede olvidárseme, si me sucede algo dejo a mis herederos con un palmo, llevar encima todo el patrimonio ahorrado es mucho riesgo…así que tras la gratificante siesta me quedé dormido con la decisión de dejar mis euros donde, creo, que están : en el Banco… y lo que los dioses quieran.

 http://www.nuevatribuna.es/opinion/santos-rejas-rodriguez/2011-09-09/liquidez-y-calores-de-verano-o-viceversa/2011090920291900248.html