jueves, 29 de septiembre de 2016

Adivina, adivinanza...

Adivina, adivinanza…

Santos Rejas Rodríguez

En la cafetería de la Facultad, hace muchos años, conocí a Ruiz Mateos. El amigo común me presentó con un: ‘Santos es psicólogo’, pienso que como advertencia, porque don José María, sin soltarme la mano, y retrocediendo unos pasos, dijo: ‘¡Cómo me gustaría, también, mirar a los ojos de las personas y adivinar su pensamiento!’

Dejo el resto de la anécdota para otra ocasión. Los psicólogos, al menos los colegas amigos próximos y yo mismo, ni somos adivinos ni leemos el pensamiento ¡Menudo marrón sería!




No leer el pensamiento no impide mirar el entorno y con las evidencias observadas, hacer pronósticos.


El 19 de junio pasado escribí, y publiqué en este mismo medio ‘Pronósticos…uno más’. Entresaco unos párrafos para refrescar la memoria: ‘Gobernará el PP con pacto de legislatura de Ciudadanos y abstención del PSOE…Sánchez será la cabeza a arrojar a los electores de su partido…’

Visto lo que estamos viendo y oyendo, aunque mejor hubiera sido no verlo ni oírlo, me afirmo en lo que escribí referido a las segundas elecciones. En este momento los costaleros portan el paso de ‘El derribo de Pedro’, con parada en Ferraz, a la espera de que cesen los tambores y cornetas para el canto de las saetas.
Está por ver, y aquí la cuestión de adivina adivinanza, si Sánchez optará por morir como Sansón, matando, o emprenderá la huida  a ninguna parte como gallo descabezado. Sea el que sea el fin que elija, está muerto, políticamente, claro.

¿Y después de Pedro?


Con seguridad, lo de siempre…y los de siempre.
 ¡Ay!

jueves, 22 de septiembre de 2016

Y entonces vas...

Y entonces vas…

Santos Rejas Rodríguez

‘Al pie de un buzón de correos ves un sobre en el suelo. Tiene la dirección y el sello puesto. La solapa está abierta. ¿Qué harías?’
Es una de las estupideces que suelen preguntarse para evaluar comportamientos sociales adecuados. Por supuesto que ya, lectores míos, habéis dado la respuesta generalmente aceptada, adaptativa y de sentido común:

‘La cerraría y echaría en el buzón’. Respuesta sencilla, ¿verdad? Pues entonces vas…y la cagas: ‘pero antes leería la carta y la rompería’.

Cuando los aquellos que van surgiendo en la convivencia en pareja se han ido conjugando, las intromisiones o ausencias en el espacio personal de cada uno se han ido comprendiendo y respetando; cuando la mano está ahí siempre que la necesitas y que, además, es la que estuviste buscando y hallaste. La elegida para compartir con la tuya, juntas, el camino del vivir,  y lo previsible es incrementar la comunicación, el amor, el comprenderse en el día a día,  entonces vas y…, sí, en efecto, la cagas.





No se trata solo de un Brad o una Angelina, que ya hemos visto que también, sino de los seres anónimos, cotidianos; los tu y yo, mujer y hombre, que unas veces el uno y otras veces la otra, todos, (la) cagamos.

¿Y por qué si sabemos la respuesta correcta?

A la conducta del destructor de la carta se la suele denominar psicopática. ¿Valdrá como respuesta genérica? ¿O es a causa de un  condicionante humano? ¿Muy humano, o así, así? ¿Actual o desde los orígenes?
Ensimismado por tanta pregunta casi me marcho de la soleada terraza en la que estaba despidiendo al último sol del verano y dando la bienvenida al de otoño sin pagar la consumición ¡Ay!