PASAPORTE
COVID
Santos Rejas Rodríguez
La nueva ola con nombre de alfabeto griego está al
caer. Esta variante fue confirmada por el Instituto de Enfermedades de
Sudáfrica la semana pasada. Ya ha viajado a Europa. Lo del mundo es un pañuelo,
una vez más, se confirma. Y en Europa, y en otros países fuera de ese mapa, se
vuelven a ajustar los machos. Como los toreros cuando salen a enfrentarse con
toros bravos. La OMS la ha bautizado con el nombre de Ómicron. La razón,
explican, es para no criminalizar al país donde se generó, cautela que no se
tuvo con la gripe española, sambenito inquisitorial que desde entonces llevamos
sobre la cabeza, como la Inquisición, que tampoco fue invento nuestro, al igual que el
de la gripe, pero España no exige a quienes colgaron el capirote que nos pidan
perdón. ¿Pá qué? ¡Lo pasao, pasao! Que diría el castizo.
Me mosquea, disculpen la expresión, que la letra elegida
sea la decimoquinta del alfabeto. ¿Las variantes intermedias las hemos pasado?
¿Están en cuarentena? ¿Vamos a aprender a golpe de variante todo el alfabeto
griego? ¿Pasaremos al cirílico después?
Mientras tanto, lo que más me inquieta, de esta
variante y las anteriores, que siguen ahí llamando a la puerta, es la vacuna y
el pasaporte COVID, que es adonde quería llegar pero necesitaba una
introducción.
Creo en la eficacia de la vacuna y me parece un error que
quienes, sin causa justificada de salud y teniendo acceso a ella, no lo hagan. Allá
ellos, pero los vacunados también tenemos nuestro corazoncito latiendo. Y por
eso creo que la exigencia del certificado de vacunación, pasaporte COVID, es
insuficiente. Como merece mayor atención lo que sigue, utilizaré párrafo
aparte.
En algunos países, y en comunidades del nuestro, se
exige para viajar y acceder al trasporte público, a un local de hostelería o centro
sanitario, por reseñar algunos, el certificado de vacunación o pasaporte COVID.
Muy bien. Lo aplaudo. Pero ¿Qué pasa con el personal que atiende en estos
lugares? ¿El sanitario que me atiende está vacunado? ¿El cocinero que prepara
la comida de empresa es antivacunas, y el maître ? ¿Todo el personal de vuelo ha
recibido la pauta completa de vacunación? ¿Quién supervisa estas circunstancias?
Me gustaría que al acceder, por ejemplo, a un hotel, cafetería,
avión o AVE, centro facultativo... un inmenso cartel, informara: ¡En
este local todo el personal ha recibido la dosis completa de la vacuna COVID! El
no vacunado tiene sus derechos, faltaría más. Pero yo, vacunado, tengo los míos.
Y de cara a esta nueva ola, que ya está aquí, y a las anteriores, me planteo muy seriamente el acceder a un local que no exhiba a su
entrada la información de que todo el personal que me va a atender está
vacunado.
Es mi derecho. Y cuestión de vida…o muerte. O sea.