Vulnerables
Santos Rejas Rodríguez
—Abuelo, ¿Cuándo eras pequeño hacía tanto frío y tanto
calor?
—Más, hijo, mucho más.
—¿Y eras vulnerable?
—¡Pero ¿Qué dices, hijo?!
—La tele dice que el frío y el calor hace más daño a
la gente vulnerable.
—Por el precio de la luz, es tan cara que no se puede poner
la calefacción eléctrica en invierno ni el aire acondicionado, caso de tenerlo,
en verano.
—¿En tu casa de niño tenías aire acondicionado?
—Un ventilador de hierro, con aspas de color oro viejo.
Cuando había luz mi padre lo enchufaba para remover el aire caliente. Y en
invierno, bajo la mesa camilla, un brasero de picón…
—¿Y teníais piscinas?
—No hijo, y en muchas casas tampoco cuarto de baño ni ducha.
Entonces se llevaba el barreño…y en sábado.
» En verano, los días que no cortaban el agua, por la
sequía, regaban la calle y le gritábamos al hombre de la manguera: —«La manga
riega, que aquí no llega», la enchufaba hacia nosotros y nos empapaba. Esa era
la ducha de muchos niños.
—¡Pues entonces erais vulnerables!
—Sí hijo, sí. —Pero no lo sabíamos…
(A la memoria del Yayo Vicente, mi padre. Tan ausente…)
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