martes, 16 de enero de 2018

¡Impacto!

¡Impacto!


Santos Rejas Rodríguez


He leído que el ayuntamiento de Madrid ha realizado, o encargado, un trabajo sobre «Impacto de género por el soterramiento de la M-30». Ignoro los pormenores pero sí he escuchado la justificación de un economista, en concreto del Sr. Garzón que, más o menos, ha dicho: ‘dado que la mujer utiliza más el transporte público que el hombre, el soterramiento es favorable para el género masculino que utiliza más el automóvil’.

Imagino, como aficionado a la investigación y a los análisis, que el estudio tendría como punto de origen el tránsito, por géneros, que soportaba la M-30 con anterioridad al soterramiento y la puesta en relación con el actual. Asimismo las muestras habrán sido estratificadas: tramos de edad, niveles socioeconómicos, profesión, peso del género por circulación según horarios…y estado de satisfacción, antes y después, según encuesta de población, tanto de viajeros en coche privado como público, y peatonal. 

Puede que la conclusión haya sido que, en efecto, el enterramiento de la M -30 beneficia más a hombres que a mujeres. ¿Y ahora qué, me pregunto? ¿Mejor ciegos que tuertos? ¿Se tapona? ¿Qué tramos? ¿Desde el Calderón a Legazpi? ¿Desde Pirámides a la salida a Toledo? ¿Dejamos como está, pero poniendo la cara colorada a la herencia recibida? ¿Servirá para que se realicen estudios de impacto de género previos a soterrar otras como la de la Gran Vía madrileña? ¿Elaborados por los servicios técnicos del ayuntamiento o por empresas ajenas?

Y aquí lo dejo, que he visto a Martirio «apoyá en el quicio de la mancebía» y quiero analizar el impacto con el de los ojos verdes…mayormente por ver si habrá o no soterramiento. Pues eso.

lunes, 1 de enero de 2018

Reseñas del nuevo año

Reseñas del nuevo año

Santos Rejas Rodríguez

Madrid amanece en nuevo año. El Oso mira con desesperanza al inalcanzable madroño y el reloj, sin espectador que lo alimente, desgrana insonoras campanadas.

Una puta solitaria esquinea la calle de la Montera mientras en un rincón cercano fermenta el resto incontenido de un estómago apurado. En el silencio del perezoso amanecer resuena la prédica de un bebedor irredento condenando a la pena de infierno a los pecadores de alcohol.



El penetrante olor a incienso impregna la cumbre desde la que el Caballero de Gracia incita a mirar al cielo en busca de comprensión y aliento para seguir el camino que marque el nuevo año. Y quizás, en respuesta a un mirar hacia arriba, a un no se sabe qué, como en rodar de trueno, una voz ronca y provocadora, con aromas de Patxi Andión, canta al Madrid que acaba de agonizar un año más.