Reseñas del nuevo año
Santos Rejas Rodríguez
Madrid amanece en nuevo año. El Oso mira con desesperanza al
inalcanzable madroño y el reloj, sin espectador que lo alimente, desgrana
insonoras campanadas.
Una puta solitaria esquinea la calle de la Montera mientras
en un rincón cercano fermenta el resto incontenido de un estómago apurado. En
el silencio del perezoso amanecer resuena la prédica de un bebedor irredento
condenando a la pena de infierno a los pecadores de alcohol.
El penetrante olor a incienso impregna la cumbre desde la
que el Caballero de Gracia incita a mirar al cielo en busca de comprensión y
aliento para seguir el camino que marque el nuevo año. Y quizás, en respuesta a
un mirar hacia arriba, a un no se sabe qué, como en rodar de trueno, una voz
ronca y provocadora, con aromas de Patxi Andión, canta al Madrid que acaba de
agonizar un año más.
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