martes, 28 de octubre de 2014

El pan nuestro...

El pan nuestro…

Santos Rejas Rodríguez 

El hallazgo inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta se denomina serendipia o efecto serendipity, en terminología inglesa. En lenguaje coloquial es conocido como chamba, chorra o chiripa. Por ejemplo el descubrimiento de América por don Cristóbal y acompañantes.
No sé si calificar con alguno de estos términos los sucesos con que me topo cuando en un lugar público  escribo  para mi novela acompañado de un vaso de vino de rioja o de la ribera, según el ánimo.
En general me concentro y aíslo de tal modo que el entorno no me cala. En otras ocasiones, sea por la proximidad de las mesas colindantes, el volumen o tono de voz de los prójimos o mi falta de ideas, me conducen a hallazgos cotidianos que me impulsan a dar fe seudonotarial.



Él, en la treintena, cuenta a Ella que la han ‘echado las cartas’  y que, en resumen, le auguraban que encontraría trabajo antes de finalizar el año, aunque sería coyuntural;  el definitivo podría encontrarlo el año siguiente. Que en la relación amorosa actual se producirían cambios y que, al inquirir  en qué consistirían, o sea, si el echador podía afinar el augurio, la respuesta recibida fue que la pareja atravesaría un trayecto de crisis tras la cual o bien podría salir reforzada o darían por finalizada la relación emprendiendo cada cual su camino…
Ignoro si hubo  pronóstico sobre la salud porque se me hizo tarde y me cerraban la panadería. Caminé presuroso mientras me interrogaba a mí mismo  - ¿Estará aprovechando Pablo Iglesias su promiscuidad televisiva sacando jugo al mundo astral? ¿Echará  las cartas? ¿Con acierto? ¿En lo laboral? ¿Y en lo afectivo? ¿Se adentrará también en temas de salud?
Y pensativo, de modo mecánico, le solté un pellizco a este pan nuestro de cada día…



lunes, 20 de octubre de 2014

¿Habrá wassat?

¿Habrá Wassat?


Santos Rejas Rodríguez


La lluvia ha cosechado mesas y sillas de las terrazas. Al menos de la que soy habitual. En una cafetería me acojo a refugio. El parque arbolado que se exhibe tras el ventanal  atrae mi mirada mientras le doy vueltas a un pleonasmo que me tiene invadido desde primeras horas.
La placidez del momento, el silencio de lluvia que imperaba en el café, es abruptamente roto por dos voces jóvenes que ocupan una de las mesas a mis espaldas. Una táctica para hacer frente al evento que no puedes eludir es diluirte en él, alternativa que elijo en lugar de hacerlo en el diluvio que está cayendo.
El oscurecimiento del exterior transforma el cristal de la ventana en espejo y, en él veo reflejado que ambas jóvenes sostienen entre sus manos sendos teléfonos en los que centran su atención y la expresan en exclamaciones que me llegan nítidas: ¡Alucinante! ¡No me lo puedo creer! ¡Flipante! ¡Poto! ¡Me la suda! ¡Es un bocas! Aliñadas con muchos ¡Mira tía! y similares. ¿La causa de estas y otras expresiones? El repaso que están haciendo a sus respectivos contactos del Wassat y descubrir que fulanito se ha conectado a las siete de la mañana y a la tres de la madrugada menganita. Que A y B han coincidido en la hora de wasseo y que, en este instante C y D están en línea… ¡Y no te lo pierdas, F, tiene oculta, desde hace días, su hora de conexión! Y aquí se miran y a dúo ¿Porqué seraaa? Y sueltan una carcajada…


Aprovechando un claro apuro mi rioja y salgo.  ¿Nueva forma de comunicación? ¿De diálogo? ¿Mera curiosidad? ¿Por la vida de los demás? ¿Por ausencia de la propia? ¿Estamos buscando vida humana ‘más allá’ porque se está extinguiendo la de ‘más acá’? ¿Habrá Wassat? ¿Lo exportaremos?
Como no tengo respuestas me pongo a caminar bajo árboles que se sacuden el agua y retorno a mi pleonasmo…

(Publicado el Nuevatribuna.es el 15 de octubre de 2014:

sábado, 11 de octubre de 2014

Ébola:el día después

Ébola, el día después

Santos Rejas Rodríguez

El gimnasio en el que intento disciplinar el cuerpo y purificar el espíritu, hoy, el día después del primer caso de Ébola en España, lleno total. Petado, como suele decirse. Las cintas transportadoras de pies y las bicicletas que recorren sendas imaginarias, en turnos de espera imposible.
¿Nos ponen las situaciones de riesgo? ¿Estamos necesitados de adrenalina? ¿Más? Me hago estas preguntas por saber, como imagino que todos los presentes en la sala, que la enfermedad del Ébola se transmite por fluidos corporales y nada como un gimnasio en el intercambio de sangre, sudor y lágrimas. O al menos, sudor y alguna que otra salivilla…
Quizás, me digo como alternativa, es que estamos vacunados contra las malas noticias, las adversidades, las crisis y sus coletazos del paro, las tarjetas opacas y la corrupción generalizada…o nos hemos resignado de tal modo que ni las siete plagas de Egipto brotando en verde nos afectan ya.
Tampoco, claro, esperamos que la situación creada y la incierta por llegar, traiga consecuencias. 



Nadie asumirá la responsabilidad política de haberse saltado los protocolos y asesoramientos técnicos importando el virus a nuestro territorio.
Siento, y soy solidario, con los compatriotas que enferman gravemente tanto en el extranjero como en España. La cuestión es que cuando se toma la decisión de riesgo de que muera cada uno en su casa hay que asumir las consecuencias: la corona de laurel y la foto en el éxito o la cicuta de la dimisión del cargo político en el error.
Y aquí me quedo, esperando… turno para sudar.
(Con mis mejores deseos de restablecimiento para la sanitaria afectada por el virus del Ébola)

(Publicado en el diario digital Nuevatribuna.es el 7 de octubre del 2014:  http://www.nuevatribuna.es/opinion/santos-rejas-rodriguez/ebola-dia-despues/20141007194524107991.html )

domingo, 5 de octubre de 2014

¡Una de Cataluña...!

¡Una de Cataluña…!

Santos Rejas Rodríguez


Aprovechando que se ha reincorporado mi camarero habitual y me intereso por su esguince le pregunto  -¿Qué opinas de lo de Cataluña? ¡Que el Barça ganará al Paris Saint Germain esta noche! Me contesta de inmediato con una sonrisa de Rinconete más que de Cortadillo porque, a pausa seguida, añade: -¡Cuánto más caso se le haga al Mas, más se crecerá! Lo que hay que hacer, añade, es dejar que pregunten lo que  quieran preguntar, que opinar no hace daño a nadie y se acaba de una vez la historia. Lo que pasa es que al Gobierno le interesa tenernos entretenidos con esta historia, así nos distraen de lo asuntos  del paro, la pobreza o la corrupción de la clase política.
Y aquí hace una relación de la que no se salva ninguna agrupación con representación nacional, autonómica o local…
Y ahora, remata en puntilla con acento cheli o vallecano de pro, ‘se oye que el Gallardón va a levantar más de ocho mil papeles todos los meses, ¡eso sí que es para hacer un referéndum y consultarnos lo que pensamos los españolitos currantes como yo¡ Y, pausadamente, como torero en desplante tras una faena de aplauso, se marcha a atender a otros parroquianos.


Cuando trato de abrir mi cuaderno mientras voy rumiando lo que ha respondido a mi simple pregunta, de pasada y bandeja cumplida en mano, como al desgaire, apostilla: ‘Pero fíjate el impulso que le han dado con esta historia a su industria textil fabricando banderas día y noche…y es que, para el negoçi, un catalán es un catalán!
Mientras se aleja, me digo que este camarero sirve al cliente lo que le pida. ¡Una de Cataluña…!  ¡Marchando!

(Publicado el día 1 de octubre en nuevatribuna.es

Y, por cierto, perdió el Barça con los francesas…¿será un recuerdo histórico?)