DE MÉDICOS
Santos Rejas Rodríguez
En un mes de mayo, y bajo el mismo título, escribí y publiqué en mi columna del Diario HOY de Extremadura, lo que sigue:
«Uno de los recuerdos que me alimentan está relacionado con el «médico de cabecera», como se llamaba entonces. En aquel entonces en que tener un médico a la cabecera de la cama cuando algún miembro de la familia enfermaba era esencial para la curación.
La secuencia del rito era como sigue:
malestar, termómetro de mercurio bien bajado y puesto en sitio pertinente, a
saber: primero en una ingle y después en
la otra. Mera comprobación. Aviso al médico para explicarle síntomas y fiebre.
Transcurrido un tiempo moderado acudía, maletín a la mano, al hogar febril. Se
encaminaba al dormitorio del doliente, por lo general sin necesidad de guía, y
principiaba con el oteo de garganta y oídos como preludio del frío fonendo a
pecho y espalda. Silencio familiar expectante hasta el posterior lavado de
manos, las del Médico, y explicaciones simultáneas a la prescripción de
fármacos. Un ¡hasta mañana! Y así los
sucesivos días.
Las visitas de supervisión de la enfermedad eran, en realidad, las que de un modo más eficaz contribuían al restablecimiento del enfermo y servían de medicina al resto de la familia.
Ya no existen los médicos de cabecera.
Ahora se llaman de atención primaria, creo. Y los a domicilio, de urgencias. Y
distintos de una a otra incidencia o repetición de visita. Ni los conoces ni te
conocen. En ocasiones ni el idioma. Globalización de la ciencia médica,
podríamos decir. Además, por lo que leo, hay pocos de todo: especialistas y de
atención primaria. O quizás están mal repartidos. Y las expectativas no es que sean halagüeñas.
Ni hablar de nuevas facultades de medicina. Clausus feroces en las existentes.
Todo para preservar calidad y salarios…
Claro que, puede suceder, que formemos
excelentes profesionales para que ejerzan sus conocimientos en países de allende.
Y aquende arriben de otros pueblos en el que no utilizan papel de fumar, o
poco…».
¿Cuándo escribí este artículo?: Hace siete días cumplió quince añitos. Pues eso.
Por cierto en aquella ocasión lo finalicé así: «En recuerdo, imperecedero, de los Doctores Rafael Martín- Santos y Vicente Guerrero», que hoy repito.