Correos: Aviso a usuarios… ordinarios
Santos Rejas Rodríguez
Hace pocos días leí que Correos vuelve a los
beneficios, «el principal motor de crecimiento es la paquetería», asegura
Manuel Serrano, presidente de Correos. Me alegra que una empresa tenga beneficios.
Por el bien de quienes la conforman – en este caso de los empleados de
correos- y siempre que redunde en los usuarios pero… en todos, no únicamente en
aquellos que utilicen la paquetería.
Hace hoy trece días un residente en Zaragoza envió
una carta «ordinaria» a otro de Madrid.
No ha llegado a su destino. El punto de origen aconsejó acercarse a la oficina
del distrito de Madrid para preguntar: « Imposible buscar, rastrear, reclamar
indemnizar…con una carta ordinaria no se puede hacer ninguna gestión», «Puede
haberse perdido en algún punto del trayecto y sería como buscar una aguja en
una pajar» y la guinda: « ¿sabe que hay miles de cartas ordinarias perdidas?».
Eso sí, la persona del envío, con más de ochenta
años vividos, recibió un trato exquisito, fue provista de sobre adecuado
(previo pago, por supuesto), consignada la dirección de destino e informada que
tardaría cuatro día en llegar a su destino.
La oficina del previsible destino pleno de
amabilidad, delicadeza y consejos: «los envíos mejor certificados, por paquete
exprés…».
Siempre he asociado «ordinario» a orden…parece que
la asociación no era correcta. Por cierto, el envío tuvo un costo de 5,50
euros, sobre aparte…
¿Soluciones?
Correos tendrá que buscar la que sea necesaria para«
poner orden en lo ordinario»…incluso suprimir una modalidad de servicio que
produce «miles de envíos perdidos». En el siglo XXI, que todo y todos, está bajo
control, no puede andar por libre una carta que, para mayor inri, es «ordinaria».
El usuario afectado ya buscó la suya: Compró un
nuevo libro (38 euros) en sustitución
del extraviado por el servicio de correos y lo recibió en casa al día
siguiente...y sin gastos de envío. Por Amazon, claro.