lunes, 19 de octubre de 2015

Encuentros...

Encuentros

Santos Rejas Rodríguez


Los encuentros fortuitos, los que acercan momentáneamente a seres humanos que, con toda probabilidad, saben que no se volverán a ver, propician la comunicación íntima, el desvelamiento no diría que de secretos, pero sí de sentires profundos y, quizás, no compartidos hasta ese instante.

Transitaba una zona en busca de un repuesto. Nunca había estado por ella y posiblemente no tenga que volver. En un alto de mi camino, en una terraza de sol de otoño, sucedió. El nexo fue un perro. Su perro. Se acercó a olisquear mi zapato y, en contra de mi costumbre, acaricié su cabeza…




Resultó ser el acompañante de su soledad, de su vivir diario desde que decidió romper con ingratitudes, mentiras, infidelidades y desamores. Y lo fue desgranando con voz tenue pero firme. Convincente… si no fuera porque sus ojos lucían el brillo perdido por una devastación irrecuperable.

De nuevo acaricié la cabeza al perro, su perro. En despedida. No volví la vista atrás.

Soledades yuxtapuestas no hacen camino…

No hay comentarios: