domingo, 8 de marzo de 2015

Regresos y reencuentros...

Regresos y reencuentros…

Santos rejas Rodríguez


Un matiz de luz, el trino de un pájaro, el olor a romero o jara florida puede ser el detonante de la evocación de un recuerdo, de una promesa, de una vivencia. Respuesta emocional condicionada, la llaman los psicólogos pretendiendo explicarla.

También el color. El blanco que predomina en esta cafetería. El blanco de bata sanitaria con aromas de asepsia ha eclipsado el entorno dejándome frente a ti. Sonriente. Con la sonrisa de la incertidumbre, la del miedo contenido, disimulado, para que no me alcance y no sienta dolor: tu dolor.  Domesticado y de tu mano para protegerme sabiéndome el más débil dentro de la fragil fortaleza que nos habíamos construido.


El brillante color me ha catapultado al vacío haciéndome retornar a aquellos tiempos en que aún creíamos que la victoria era posible. Que aún cabía la esperanza…

Y ahora que estás  aquí, separados únicamente por la distancia inconmensurable de la eternidad, sintiéndote en carne viva, aprovecho para decirte que todo lo que no seas tú sigue sin interesarme  y que lo que me aleja de ti cada vez me resulta más hostil…

La cortina de batas blancas se iza y me deja  ausente de tu mano, amiga. Y de nuevo al camino. A solas con tu sonrisa. Otra vez…

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