Diversidad
Santos Rejas Rodríguez
̶ No diré que
desde mi nacimiento, sería exagerar; pero sí que en los primeros años de vida ya
sentí el cuerpo como ajeno. Perteneciente a otro ser. Incorpóreo, diría…Más
tarde, con la llegada de la razón, tuvo lugar lo del género. Los en uso de la
época no me identificaban. Los descubiertos más adelante, tampoco. Ni siquiera
los intersexuales, transitorios o evanescentes. Así que con esa carga, o
liviandad según se mire, comenzó mi andadura de vida.
Mis pasos me encaminaron al estudio de la
bioquímica, física cuántica, antropología, filosofía existencial…hasta toparme
con Plinio, el Viejo. Desde él, saltando de rama en rama, aterricé en la
zoología: Aristóteles, Linneo, Lamarck, Mayr, Delmonte…y encontré mi universo:
Sauria. Al hallar a los lepidosauromorfos sentí que había llegado a mis
ancestros, al origen y fuente de quien soy; a mi familia vipérida, la que
configura mi ser y fusiona mi sentir. Me siento, soy, un crótalo. Mis colmillos
huecos, la foseta lateral, las escamas…y ese campanilleo y apetencia por presas
de sangre caliente lo evidencian.
̶ Bien, por
hoy terminamos la sesión. Puede incorporarse con suavidad y estirar los
miembros.
̶ ¿Qué tal
voy doctor?
̶ Progresando…
̶ Gracias.
Hasta el jueves pues.
̶ Disfrute de
la vida. ¡Tan diversa ella!
Pues eso.
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