Deseos, sueños, indecisiones
Santos Rejas Rodríguez
En esta semana calificada de santa, tan laica ella,
una amiga, quizás influenciada por la espiritualidad que aun sigue fluyendo de
los rescoldos del pasado o de las herencias sociales o genéticas, me decía que
le entran cada vez más deseos de romper con lo cotidiano, recorrer tierras del
mundo, visitar amigos lejanos…es decir, dar la vuelta al calcetín de
la vida.
Contesté informándola que un conocido, cuando ganó
sus primeros millones e iba a realizar el sueño de su vida, adquirir un barco y
recorrer el mundo, aplazó el deseo porque le deslumbró el brillo de la luz que
en ese periodo de su andadura social le focalizó. Más tarde llegaron las sombras y ya no pudo levar anclas.
Los sucesos, tengo escrito y repetido, se arraciman.
Unas horas antes a la manifestación de mi amiga nos había sobrecogido la
noticia de la muerte imprevista de Carme Chacón. A los cuarenta y seis años. A
la misma edad a la que falleció mi compañera y en ambos casos dándose unas
circunstancias familiares tan idénticas que me hizo estremecer vivencias,
recuerdos y sentires…Se fue cuando nos quedaba tanto por hacer. Unos quehaceres pospuestos
por una eternidad…al menos.
A los dos acontecimientos descritos, como si no
fueran suficientes como aviso para navegantes que están dubitativos de si emprender el
viaje de cambiar aspectos no deseados del vivir actual: trabajo, compañía, entorno, se
unió la voz arrancherada de Mari Trini mientras atravesaba una plazuela recoleta de mi Cáceres de origen:
‘no detengas el momento por las indecisiones…’
El tiempo es tan finito. La vida tan fugaz…pues eso.
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