Mente y Cuerpo…o algo así
Santos Rejas Rodríguez
Hay días en los que la
mente quiere ir por un lado y el cuerpo por otro. ¡Cuidado con los esguinces! Avisaría
mi amigo Agustín, guestaltista él.
Hoy, tras un mal soñar,
es uno de esos días. Mi cuerpo se niega a ir al gimnasio. Mi mente me empuja
hacia él. O quizás al revés, no tengo la cabeza para hilos finos. Pero aquí
estoy, subido a la bicicleta que te lleva a parajes imaginarios y pedaleando a
ritmo pop de los sesenta.
Superponiéndose
a la vocecilla interior que me susurra: ¡ves, necesitabas ejercicio! Oigo por
el lateral derecho otra, aguda y voluminosa: ¡¡qué tal, amigo!! Giro lentamente
la cabeza, desprendo el auricular de mi oreja y educadamente contesto: ¿Díga?
-¡¡Que si vio anoche en televisión a la Rosa Díez en la entrevista de…me espeta el compañero de tour -No
señor, veo poca televisión…y me coloco de nuevo el auricular.
Ha nacido gente que no se
da por aludida y es inmune a las expresiones no verbales: -¡¡ Esa señora no se
ha enterado que…!! Elevo el volumen del reproductor y pedaleo con ansia mirando
a la pared infinita.
Una acción que me irrita
más que el criminal pregón de ¡¡¡El tapicero…se tapiza a domicilio!!! es que un
interlocutor me toque al mismo tiempo que me habla. Y este señor, cadenciosamente,
empieza a tocarme el brazo a la par de su verborreico discurso. Me bajo en
marcha y, saltándome el programa atlético, me siento en la terraza de la
cafetería para inmortalizar el acontecimiento vivido mientras paladeo un té…negro.
Una pareja, surgida de la
nada, se coloca frente a las desprotegidas mesas y sin previo aviso se arranca
por Lole y Manué…mi cuerpo, en íntima comunión con la mente, sale a escape. Ya
pagaré el té otro día. Saben donde vivo…
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