¿Ratos de esperanza, esperanza a ratos o... sólo ratos?
Santos Rejas Rodríguez
Con
el tiempo justo para ver el inicio del telediario suelo encender mi televisor.
La noticia con que abre el informativo me sobrecoge, sorprende y me produce un
regusto interno que no sabría explicar a qué me supo.Carezco de referentes para
identificar o comparar el sabor.
‘Rato detenido’: Ministro, Vicepresidente del
Gobierno, Presidente in pectore, doctor en economía universal…Un inigualable curriculum a quien una mano firme le doblega la cabeza para introducirlo en el
vehículo que le transportará ante el juzgado de guardia como a cualquier caco
de nuestras calles pillado in fraganti.
Tengo
por ahí escrito que hay sucesos, muchos, que se me emparejan. Este no ha sido
excepción. Suelo elegir música en función de mi estado de ánimo. Momentos antes
de encender el televisor estuve escuchando folk español, Jarcha en concreto, y
al oír la noticia de la detención de Rato, una estrofa de la última canción retornó con brío: ‘Sentimos que no estén todos/los que viven de esta guisa/pues
sería interminable/poner música a la lista’.
Pasado
el telediario, regresado el televisor a su negra pantalla, una serie de preguntas revolotearon por mi cabeza: ¿por qué ahora? ¿por mano de quién? ¿a
quienes beneficia o perjudica? Y lo más importante, me decía: ¿dormirá en Soto
del Real? Sin respuesta publicable me dormí…
Esta
mañana me informo que Rato, el Sr. Rato de nuevo, durmió en su casa, que se
abre un investigación exhaustiva, que habrá comisiones…¿que qué? ¿pastel todo,
como se suele decir en cheli o ambientes carcelarios?
Tampoco
tengo respuestas para afirmar si es un farol arriesgado o va de veras el envite,
así que retorno a a Jarcha: ‘Bienaventurados, madre/los políticos de
oficio/que trabajan para el pueblo/si ello les da beneficios’
No hay comentarios:
Publicar un comentario