CUMPLEAÑOS…
Santos Rejas Rodríguez
Celebrar el
día del nacimiento suele ser costumbre
extendida. Al menos, en mi entorno socio
familiar, lo es. Por fortuna algunos de los ritos tradicionales de mi niñez se
han extinguido, como los cruentos tirones de orejas, venganza para resarcir los
agravios infligidos a lo largo del año. Pervive la tarta aunque transformadas
las velas tradicionales en la de dígitos por aquello de la economía espacial…
Sirve
también la conmemoración para llamar, o
viceversa, a la persona amiga;
prometiéndonos mutuamente, una vez más, que nos tenemos que ver y hablarnos.
Esta vez de verdad.
Es un celebrar
de la llegada a la vida. En día
señalado. Recordado una vez al año. En compañía…
¡Qué diferencia con el cumpleaños de muerte! También ocurrido en fecha fija, sí, pero de
recuerdo presente. Y, por lo general, en soledad íntima.
En este que
ha sido tu cumpleaños de fecha,
cincelado en el pensamiento día a día, y haciendo
caso al -¡No te guardes todo, háblalo! que
me decías, apropiándome de palabras de Manolo García, tu favorito entre los favoritos,
quiero decirte que:
‘Quedaba mucho por hacer/quedaba
mucho/porque
de ti volví a aprender lo necesario/Del brillo de tus ojos, a disfrutar del
tiempo lento/A tirar del lastre, de eso que es el existir…Y muchas cosas más de
ti aprendí/Y quedaba mucho por hacer/recoger los sueños en las noches frías…A
robarles el tiempo al minutero…Y quedaba mucho por hacer…quedaba mucho’
Cómo duelen
los cumple días de ausencia, cómo
duelen…
¡Quedando tanto por hacer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario