domingo, 15 de julio de 2012

Sr.Presidente, Don Mariano


Sr. Presidente, D. Mariano


           

Santos Rejas Rodríguez

 

Hace unos meses ilusionó a unos millones de españoles decepcionados por la gestión del Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero. Hizo renacer la esperanza. Su discurso, el programa que expuso y defendió, lo llevó a la Moncloa; a la Presidencia del Gobierno de España, con mayoría absoluta, prueba de la confianza que los españoles depositaron en usted.
         Las primeras modificaciones del programa electoral fueron aceptadas aún sin esas explicaciones que, de haberlas hecho, hubieran sido mejor recibidas y despejado el camino para que las sucesivas no se interpretaran como puros y simples incumplimientos. Las medidas que está adoptando, que adopta, sin duda y bajo su punto de vista, son las mejores para España…pero ni se están visualizando ni dando resultados. La economía no solo no remonta sino que empeora a ojos vistas y la dependencia de otros países, como Alemania, es evidente. De la pérdida de soberanía qué decir que no sea humillante. Su credibilidad ante sus propios – aún en voz atemperada- y ante los ajenos –en alta voz- por los suelos, y la crispación social en aumento..
         Hay medidas que no adopta y es clamor que se lleven a cabo: La revisión del estado de las Autonomías, reducción de cargos y puestos públicos y políticos, supresión de organismos obsoletos e inoperantes, obligar a la banca a facilitar créditos que propicien empleo y consumo, en una palabra: generar riqueza. Sin embargo parece que el mal está centrado en los sueldos de los funcionarios y su jornada laboral, en la sanidad y farmacia,  incremento del IVA o  congelación de las pensiones...o restringir libertadas Y no es eso, no lo es y usted, Sr. Presidente del Gobierno, don Mariano, lo sabe.

         Primero ha crecido la niña y ahora la prima…Mire, Sr. Rajoy, es cierto que cuesta mucho tiempo y esfuerzo llegar hasta donde usted ha llegado, que se recibe mucho por el camino –como usted dijo- de los unos y de los de casa pero, bajo ninguna circunstancia,  es propio de un Presidente del Gobierno salir por puertas traseras o eludir mostrarse ante quienes pretenden manifestar sus discrepancias con las decisiones que está tomando bien las haga motu propio o por dictados ajenos. Y, por supuesto, llegado el momento,  no debe esperar a que lo echen del palacio que habita, sean los suyos u otros, sino dejarlo por decisión propia, por lo que se llama dignidad y esa, don Mariano, Sr. Presidente, pienso -personalmente- que la sigue teniendo…aún.
Con todo respeto

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