domingo, 16 de agosto de 2015

Contratiempo...

Contratiempo…

Santos Rejas Rodríguez

Al mismo tiempo que atravieso el Pisuerga a su paso por Valladolid aprovecho para calcular si, rebañando de aquí y de allá,  puedo reunir lo suficiente para crear un fondo buitre y cambiar alguna de mis actividades diarias de cara al próximo curso invernal. En especial para dejar de lado lo de acudir a las obras para ver cómo las ejecutan. Me es cada día más fatigoso ver  trabajar a lo físico.



Y en esas andaba cuando, tras haber atravesado el Parque de ‘el Catarro’ y adentrarme en zona urbana, casi me doy de bruces con una pareja, de ella y él, que salían de una tienda de telefonía. Fue él, en concreto, quien sustituyó mi hoja de cálculo mental por una frase que dirigió a la chica: ‘Te lo has gastado en un contratiempo que no te esperabas y encima en un móvil que es necesario’.

Frase que sin duda hará las delicias de los lingüistas por aquello del castellano en cuna vallisoletana. A mí me despertó unas neuronas psicoanalíticas que ya había dado por perdidas. Porque el joven la soltó de tirón, desde lo muy interior y con el tono de quien está tumbado en diván terapéutico y musita lo primero que ha pasado por su mente haciendo caso a las instrucciones recibidas por el profesional de la conducta…

El apoyo incondicional a la joven del contratiempo inesperado, la críptica frase y la intensidad con que la miraba, toda para ella, que casi me cuesta el desplazamiento de la acera, me hizo concluir que estaba presenciando un cortejo amoroso en su fase inicial, la del aturdido atontamiento del ser y no estar, o estar pero no ser...


También puede, y no lo descarto, que todo lo interpretado fuera producto del Pisuerga y del airecillo fino de un Valladolid agosteño. Así que con las mismas me senté en una plaza recoleta a gozar del momento, retomar la hoja de cálculo…y una cerveza fresquita.

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