Contratiempo…
Santos Rejas Rodríguez
Al mismo tiempo
que atravieso el Pisuerga a su paso por Valladolid aprovecho para calcular si, rebañando
de aquí y de allá, puedo reunir lo
suficiente para crear un fondo buitre y cambiar alguna de mis actividades
diarias de cara al próximo curso invernal. En especial para dejar de lado lo de
acudir a las obras para ver cómo las ejecutan. Me es cada día más fatigoso ver trabajar a lo físico.
Y en esas andaba
cuando, tras haber atravesado el Parque de ‘el Catarro’ y adentrarme en zona
urbana, casi me doy de bruces con una pareja, de ella y él, que salían de una
tienda de telefonía. Fue él, en concreto, quien sustituyó mi hoja de cálculo
mental por una frase que dirigió a la chica: ‘Te lo has gastado en un
contratiempo que no te esperabas y encima en un móvil que es necesario’.
Frase que sin
duda hará las delicias de los lingüistas por aquello del castellano en cuna
vallisoletana. A mí me despertó unas neuronas psicoanalíticas que ya había dado
por perdidas. Porque el joven la soltó de tirón, desde lo muy interior y con el
tono de quien está tumbado en diván terapéutico y musita lo primero que ha
pasado por su mente haciendo caso a las instrucciones recibidas por el
profesional de la conducta…
El apoyo
incondicional a la joven del contratiempo inesperado, la críptica frase y la
intensidad con que la miraba, toda para ella, que casi me cuesta el
desplazamiento de la acera, me hizo concluir que estaba presenciando un cortejo
amoroso en su fase inicial, la del aturdido atontamiento del ser y no estar, o estar pero no ser...
También puede, y no lo descarto, que todo lo interpretado fuera producto del Pisuerga y del
airecillo fino de un Valladolid agosteño. Así que con las mismas me senté en
una plaza recoleta a gozar del momento, retomar la hoja de cálculo…y una
cerveza fresquita.
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