La patronal
Santos Rejas Rodríguez
Ensimismado en los previos a la jornada de reflexión me ha
venido a la cabeza una anécdota de cuando fui director del Centro de Inserción Social
Victoria Kent, de Madrid.
En todo colectivo es normal que el director se reúna
individualmente o en grupo con sus colaboradores inmediatos para gestionar los
asuntos laborales. Se denomina: «despachar».
En uno de los funcionarios de despacho habitual se daba
la circunstancia de ser también representante sindical. Cuando salía de
despachar conmigo, asuntos laborales de su competencia, los colegas que estaban
esperando para hacer la misma función de despacho, con retranca y un mucho de
cachondeo, le decían:
—¡Ya te habrás chivado bien!
—¡Yo siempre con la patronal , quien manda, manda!
Y sin inmutarse, carpeta bajo el brazo, el entrañable
compañero Ángel, hacía mutis.
En esta jornada previa a la reflexión me he preguntado: ¿a
quién votar? y como desde que nos abandonó Anguita, don Julio, nadie se ocupa
de repetir: «programa, programa, programa», y en
mítines y debates se habla del tú más, de
zurdos o diestros y de las familias y parientes, y cero de programas, uno anda
desnortado y como pollo sin cabeza.
Así que, llegado a este punto, recordando el aserto del
funcionario, me he hecho otra pregunta: ¿Quién manda? Tras un repaso de los
acontecimientos históricos del último año una vocecilla, muy cabrona ella, me
ha susurrado: «hay uno por ahí fuera que tiene siete votos…».
Así que no es de extrañar que cuando yo salga del colegio
electoral y alguien me pregunte que a quién he votado, responda: ¡yo siempre
con la patronal, quien manda, manda.
Pues eso...